La cría del PSI es el subsector de la Industria que requiere más confianza en el futuro, por parte de todos, dado el largo periodo de maduración de sus inversiones.
La época de estrechez por la que en 2016 atraviesa la cría en España, no es más que un reflejo del tenue impulso del Sector, que, para nosotros y lo decimos por delante, está vinculado con el hecho de que el modelo financiero sobre el que descansan nuestras carreras, está aún incompleto.
Cuatro son los ingredientes del éxito de las carreras de caballos en un determinado mercado:
- integridad,
- calidad de las carreras ofertadas (incluyendo unas dotaciones que posibiliten: caballos de nivel; una “rentabilidad” media razonable para los propietarios y campos atractivos) y de la “experiencia” de ser propietario,
- apuestas hípicas legales y reguladas de manera que contribuyan a sostener la Industria y
- tamaño suficiente (con cierto grado de notoriedad, capacidad de eco mediático y, sobre todo, fondos comunes grandes).
Se supone que, cumpliendo con esos cuatro requisitos, habrá demanda de carreras, de apuestas y de caballos y potros.
No nos vamos a extender en los dos primeros ingredientes, pero sí hacer un par de apuntes sobre la oferta de carreras por parte de los hipódromos españoles. Con datos de 2016, la relación entre el número de carreras ofertadas y el número de caballos en entrenamiento está en línea con Europa (en el entorno de 0,8) y nuestro promedio de corredores, muy próximo a nueve, es también consistente con los campos medios europeos. Además, solo algo más del 6% de nuestras carreras cuentan con cinco corredores o menos (“carreras-fracaso”), porcentaje análogo a la media en liso en Europa y mejor que el 9% de UK, donde han sonado las alarmas y están reduciendo el número de jornadas para recuperar el dato de corredores. No parece, por tanto, que la oferta de carreras en España, dada la cabaña, esté mal dimensionada. Por otra parte, si miramos los importes repartidos en premios, los, aproximadamente, 12.000€ por carrera que se dotan en España están solo ligeramente por debajo de la media europea, calculada sin casos atípicos como Grecia, Chipre y Francia. Pero este dato no basta por sí solo; hay que ponerlo en relación con el porcentaje de recuperación de gastos corrientes vía premios. En esto, nuestros hipódromos, sin cruces de frontera, están en la media alta de nuestros comparables. Habrá quien vea aquí una situación gallina-huevo, pero también quien deduzca que no faltan carreras sino caballos o, visto desde arriba, propietarios que los compren. No obstante, no se puede obviar en este artículo, la desventaja competitiva que supone para la industria productiva básica, la no existencia en nuestro país de más primas por criar y tener buenos productos (idealmente vinculadas a carreras abiertas), que los 100.000€ que esta Asociación deriva directamente a criadores de productos nacionales desde la subvención finalista que, para la organización de carreras de nacionales, percibe del MAPAMA.
En lo que toca a las apuestas hípicas y su regulación, factor esencial para el crecimiento del Sector, cuatro años y medio después de la entrada en vigor la Ley de Regulación del Juego (LRJ), lo cierto es que España no dispone aún de:
- Un marco regulatorio que permita la construcción de fondos mutuos atractivos, al no estar desarrollados ni los pools compartidos entre operadores autonómicos (el que desde el hipódromo madrileño, un poner, se pueda apostar sobre las carreras de Dos Hermanas, otro poner), ni entre operadores nacionales y extranjeros. De este modo, a la poca operatividad de la dispersión competencial en materia de juego, se une la autarquía en un mundo global y en una industria máximamente internacionalizada en la que ya no existen fronteras ni para caballos, ni para los operadores de juego, ni para los derechos audiovisuales, ni para los apostantes.
- El legalmente obligado desarrollo del “retorno”, previsto en la Ley por iniciativa de HZ, que corresponderá a los hipódromos para contribuir a la financiación de sus programas y cebar la bomba del ciclo apuestas-carreras-propietarios-caballos-cría.
- La posibilidad, también prevista por la LRJ (Adicional Séptima), de que un operador de apuestas mutuas de ámbito nacional, por ejemplo, Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), pueda comercializar online u offline las apuestas de los hipódromos. La coloquialmente llamada por los aficionados “apuesta externa”, también conocida como “taquilla virtual”.
Opinamos que los complementos regulatorios anteriores son muy necesarios para aportar al esquema financiero del Sector la consistencia precisa para que los distintos agentes, empezando por los propietarios actuales y futuros y, por qué no, emprendedores con nuevas iniciativas, divisen estabilidad y tengan la suficiente fe en el largo plazo de las carreras de caballos como para invertir en él.
La buena noticia es el sostenido compromiso gubernamental, prueba del cual es que SELAE, sigue “apostando” por las carreras de caballos españolas, a la espera de un marco más adecuado y rentable y con vistas al desarrollo de nuevos productos mutuos más frecuentes y más atractivos. Este apoyo permite que la financiación, tal vez no del crecimiento, para lo que se precisa que se muevan las tres palancas mencionadas, pero sí de los niveles actuales de actividad, esté garantizada. Las apuestas hípicas, por sus características de inmediatez y carga emotiva y por su lejanía de otros juegos más adictivos, son un complemento ideal para la actual oferta de los despachos de Loterías y no cabe para los hipódromos españoles mejor “partner” estratégico de largo plazo que SELAE, que, solo por dar un dato, es cuatro veces más grande y está más diversificado que el recién nacido gigante de los “bookies” británicos por la fusión de Ladbrokes y Coral. No podemos desaprovechar estas líneas sin agradecer a Loterías su paciencia y su fe en el producto de los hipódromos españoles.
Finalmente, hablemos de tamaño. Desde una consideración industrial, el sector de las carreras de caballos, como unidad económica, es un gran ejemplo de economías de escala y dimensión mínima. Los que conocen las tripas de esta Industria, saben que hay un punto por debajo del cual el impacto mediático es bajo y, por tanto, los patrocinios; hay poco interés de los operadores de juego, que exigen producto frecuente; faltan botes atractivos y liquidez; la afición no crece y tampoco las cuadras. Ese es el caso español, falta tamaño. Y nos referimos al juego, a la cría, al público presencial y a la frágil estructura de propiedad de la cabaña de caballos en entrenamiento en España, con pocas cuadras colectivas y una alta desviación estándar. En 2017, no obstante, hay muchos más motivos para ser optimistas, pero sabiendo que la construcción de valor en el sector de las carreras parte de la globalización y de la consecución de un tamaño mínimo rentable a base de confianza en el largo plazo y de poner en común carreras, apuestas e imágenes. Ahora, para poder crecer con estabilidad y hacer sostenible un sector en el que nadie gana dinero, precisamos, primero, apuestas mutuas accesibles desde distintas plataformas y con fondos atractivos, para ir generando demanda y atrayendo aficionados y luego, un mecanismo, llamémosle “retorno”, que compense la externalidad negativa que se produce a los hipódromos frente a los operadores de apuestas hípicas.
Mucho de lo anterior es opinable y, probablemente, los organizadores de carreras solo vemos algunas caras de una figura irregular y compleja. Quizá también esté en la naturaleza de los gestores empresariales el ser optimistas, pero en el momento de escribir estas líneas, Navidad de 2016, tenemos la impresión de que durante 2017, recuperada la estabilidad institucional, se empezarán a producir los cambios que todos, comenzando por los que están en el primer eslabón de la cadena, los criadores, deseamos.
Que 2017 nos traiga avances y sea, por ello, un año mejor para criadores, propietarios, trabajadores, profesionales y aficionados de buena voluntad.
Asociación de sociedades organizadoras de carreras de caballos en España